Tensión en el aire
Los habitantes de la zona no podían apartar la mirada de la impactante escena que se les presentaba. En aquel rincón del vecindario, se encontraba Lilo, una cachorra pitbull de ocho meses de edad, aparentemente condenada a pasar la mayor parte de su corta vida encadenada a un robusto árbol.
La pobre Lilo yacía allí, inmóvil, sin mostrar señales de vida, mientras que un grupo de buitres revoloteaba en círculos, como si aguardaran pacientemente su triste destino. Los convecinos se preguntaban con incredulidad si los dueños de Lilo tenían conocimiento de su situación. Aunque la joven perrita lucía notablemente demacrada, ¿cómo era posible que no se dieran cuenta de la macabra presencia de los buitres que rondaban cerca?