¡Pobrecito!
Los rescatistas del Centro de Rescate de Caballos de Fácil Atención estaban acostumbrados a recibir llamados para rescatar caballos pero nunca se imaginaron que el que iban a encontrar estuviera en tan mal estado. Este caballo estaba atado muy fuerte a un árbol de modo tal que no podía moverse mucho.
Eso no era lo peor. Lo peor era que el caballo estaba sin comida ni bebida. Los rescatistas tomaron el asunto en sus propias manos para salvar al caballo de la desnutrición. Él estaba en peores condiciones de lo que estaban acostumbrados a rescatar. Iban a evaluar cuántos días hacía que estaba sin alimentarse ni hidratarse.