Gracias al policía
Klynn tuvo la suerte de que su amigo el policía ya tenía el hábito de saludarla todos los días cuando hacía la ronda por el vecindario. Él siguió sus instintos, por suerte. En la sala de emergencias del hospital le dijeron al policía que Klynn tenía un cuadro severo de desnutrición.
Le dieron suero para reanimarla. Si él no hubiera llegado a tiempo y hubiera llevado a Klynn al hospital junto a sus hermanitos, la niña no contaría la historia. Su mamá tuvo miedo de seguir viviendo en esas condiciones y la familia se mudó a Texas buscando una mejor vida.