Por suerte, había una nota

Russell solía dejar una nota dentro de la caja. El texto en la nota decía: “Hola, estás siendo grabado. Ladrón de mierda. Espero que disfrutes la porquería de gato”. Por supuesto, la nota estaba dirigida a los ladrones y no al vecino, lo que facilitó un poco las cosas entre los dos.
El vecino leyó la nota y se dio cuenta de lo que Russell había estado haciendo todo ese tiempo. Entendió el problema ya que él mismo era una víctima. Además de detestar a esos ladrones, el vecino – solidario con la causa – también estaba decidido a tomar medidas contra los ladrones de paquetes.

