Ding dong
Impresionado por la aproximación de su primera posible víctima, Russell observó a la mujer con incredulidad. Ella se dirigió hacia la puerta principal y pulsó el timbre, comprobando si había alguien en casa. Al notar la activación de la luz del sensor de movimiento, pareció titubear un instante y finalmente se alejó de la propiedad.
Russell notó que había un automóvil estacionado frente a su casa, claramente listo para una rápida huída. Resulta que la mujer no estaba sola; la acompañaba un hombre que ahora le hacía señales irritados para que regresara. Parece que tendrían que buscar otro lugar para robar paquetes. La escena intrigó a Russell, quien observaba con inmensa curiosidad.