Observando a los ladrones
La cámara estaba estratégicamente posicionada sobre la puerta y tenía dimensiones compactas, lo que la hacía prácticamente invisible. Cuando el primer ladrón de paquetes apareció, Russell lo observó detenidamente a través de la pantalla de su teléfono, el cual estaba conectado a la cámara. Tenía una visión clara de la situación.
Russell había anticipado que el ladrón exhibiría señales de comportamiento sospechoso. Para su sorpresa, el individuo se aproximó con tranquilidad al porche, como si estuviera en su propia propiedad. En ese instante, Russell se dio cuenta con gran asombro de que su primer infractor era, de hecho, una mujer.