Instalación de la atracción
Ahora que Russell poseía todos los elementos necesarios para poner en funcionamiento su astuta invención, era hora de ensamblarla. No solo debía unir las piezas, sino también asegurarse de que la caja se asemejara a un paquete común y corriente. Después de trabajar un rato y concluir la construcción de la caja trampa, Russell la examinó con una sonrisa de satisfacción.
Llegó el momento de someter su invento a una prueba para verificar si operaba según lo previsto. En su patio trasero, comprobó contento que la misma funcionaba tal y como él deseaba. También necesitaba que el paquete pareciera real. Lamentablemente, no tenía muchas cajas empaquetadas en la casa. Los ladrones se llevaron todas. Afortunadamente, encontró una.