Su primera conversación
Carla fue la primera en hablar con el vendedor en la otra línea y concretar una visita. Sabiendo que el mercado puede ser complicado, considerando que la provincia es más grande que Francia y España juntas, reclutó con éxito la ayuda de su hermana, una agente inmobiliaria experimentada.
Carla y Gladys confiaban en que el anciano vendedor obtendría la oferta más favorable con su trabajo en equipo. La persona que llamó, sin embargo, no estaba muy entusiasmada en ese momento, aunque su determinación era inconfundible.