Segundos de pensamientos repentinos
A medida que se acercaba la visita programada de las hermanas Spizzirri, Joyce se sintió abrumada. Viviendo en su casa desde que tenía 24 años, ella había hecho toda la investigación. Sin embargo, la presión la estaba haciendo dudar de sí misma.
Gladys y Carla sabían que esto podría suceder y actuaron profesionalmente para asegurarse de que Joyce no retrocediera. Las hermanas tenían mucha experiencia en el trato con compradores que se acobardaban y estaban bien equipadas para manejar cualquier duda que pudiera surgir. Al final, sus esfuerzos valieron la pena y Joyce siguió adelante con la venta.