Lo simple.
Se sabe que una de las historias más populares en las familias, es sobre cómo se obtiene un juguete caro para los cumpleaños, pero normalmente se escoge lo simple, cosa que al crecer le perdemos el sentido.
Cuando somos genuinos valoramos lo simple, sin tanta vuelta, y lo mismo ocurre con los gatos, por supuesto; no tenemos idea de lo que realmente les gusta, pero si le compras un castillo o una caja, le dará lo mismo.